martes, 29 de mayo de 2012

Reparación de fracturas

Reparación de fracturas

Concepto
Es una cirugía para reparar un hueso roto, utilizando placas, tornillos o clavos. Se pueden utilizar injertos óseos para facilitar la cicatrización apropiada o para ayudar en dicho proceso.

Procedimiento
Mientras el paciente se encuentra libre de dolor, bajo el efecto de la anestesia general o local, se hace una incisión quirúrgica sobre el hueso fracturado. El hueso se coloca luego en la posición apropiada. Se fija con tornillos, clavos o placas de forma temporal o permanente. Los huesos largos se pueden fijar con clavos colocados en la cavidad ósea.
Cualquier vaso sanguíneo roto se liga o se cauteriza. Si se ha perdido mucho hueso debido a la fractura, especialmente si hay un espacio entre los extremos del hueso roto, el cirujano puede decidir hacer un injerto óseo. Estos injertos óseos se pueden llevar a cabo utilizando el hueso del mismo paciente, generalmente tomado de la cadera, o se puede utilizar hueso de un donante.

Si no es necesario el injerto óseo, la fractura se puede reparar por medio de los siguientes métodos:
Se pueden insertar uno o más tornillos a través de la ruptura para sostenerlo.
Se puede perforar y fijar una placa de acero sostenida por tornillos en el hueso.
Se puede introducir un clavo metálico largo y grueso (denominado en ocasiones clavito o varilla) con agujeros, a lo largo de la diáfisis o cuerpo del hueso desde un extremo. Luego, se pasan tornillos a través del hueso y a través de un agujero en el clavo.
En algunos casos, se reparan los vasos sanguíneos y los nervios con microcirugía y luego se cierra la incisión en la piel. Si el hueso fracturado ha perforado la piel, es necesario lavar los extremos de éste con líquido estéril en el quirófano para prevenir una infección. Igualmente, puede ser necesario repetir el proceso de lavado de la herida en caso de estar sucia o resultar infectada.

Porque realizar el procedimiento
La reparación quirúrgica se recomienda para casos de fracturas complicadas que no se pueden realinear (reducir) por medio de métodos no quirúrgicos. Esto se aplica especialmente en fracturas que involucren articulaciones. Las superficies articulares mal alineadas pueden contribuir al desarrollo de artritis.

Posibles riesgos
Los riesgos de cualquier anestesia abarcan los siguientes:
Reacciones a los medicamentos
Problemas respiratorios

Los riesgos de la cirugía abarcan los siguientes:
Sangrado
Infección
Lesiones a nervios, vasos y tendones

Hospitalización
La duración de la estadía en el hospital depende de:
El estado del riego sanguíneo y la inervación
El estado del hueso
La presencia de una infección
La presencia de otras lesiones
La gravedad de la fractura
La mayoría de las fracturas sanan en un período de 6 a 12 semanas. Los huesos de los niños sanan en forma rápida, generalmente en 6 semanas.

Cuidados de enfermería
Evaluar al paciente en busca de dolor
Pedirle al paciente que describa la molestia
Reconocer la presencia de dolor y registrar la molestia en la hoja de enfermería
 Utilizar estrategias de modificación del dolor
Modificar el entorno
Administrar analgésicos prescritos en la medida necesaria
Alentar al paciente a usar medidas de alivio del dolor antes de que este sea insoportable
Evaluar y registrar la respuesta a los medicamentos y técnicas de disminución del dolor
Consultar al médico en caso de que el dolor no disminuya.
 Acomodarlo para comodidad y funcionamiento
 Manipular con suavidad la extremidad afectada, apoyándola con almohadas
 Ayudar en los cambios frecuentes de posición




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